Los suelos de hormigón pulido son un elemento atractivo tanto para los hogares como para las empresas. Si se cuidan adecuadamente, pueden durar hasta diez años o más antes de necesitar reparaciones. Pero mantener su aspecto brillante característico no es una tarea tan fácil como se puede suponer. Un acabado de concreto pulido puede parecer una opción de suelo duradera, pero tenga en cuenta que requiere un mantenimiento constante para mantenerse en las mejores condiciones.
La negligencia o el descuido no sólo pueden anular la garantía de los nuevos suelos de hormigón pulido, sino que pueden causar daños antiestéticos. Por suerte, el cuidado de sus suelos de hormigón no tiene por qué ser una tarea tediosa. Aunque requiere un poco de esfuerzo y planificación, si se hace correctamente el proceso de mantenimiento no lleva mucho tiempo y garantiza que sus suelos le sirvan durante mucho tiempo.
¿Cuáles son las tres formas más importantes de cuidar los suelos de hormigón pulido?
Establezca un programa de mantenimiento regular.
El programa de limpieza que establezca para su suelo de hormigón pulido debe estar en consonancia con la cantidad de tráfico que recibe. Si el área tiene un tráfico constante, puede establecer un horario de limpieza por la noche y por la mañana.
La limpieza periódica de los suelos de hormigón pulido es esencial, ya que las partículas diminutas de polvo, arena y otros residuos no tardan en hacer mella en el acabado. Puede parecer que los suelos están relativamente limpios después de unos días, pero las pequeñas partículas de arena y suciedad no tardan en crear lo que se conoce como el efecto de papel de lija, que poco a poco arruina el acabado y hace que el hormigón pierda su característico aspecto liso.
Utilice las herramientas y los productos adecuados para proteger el acabado.
Limpiar regularmente es importante, pero ningún esfuerzo de limpieza será suficiente si no se utilizan las herramientas y el equipo adecuados.
Los suelos de hormigón pulido son duraderos en algunos aspectos, pero más vulnerables en otros. Hay dos métodos para limpiar este tipo de suelos. La limpieza manual (preferida) o el uso de equipos de limpieza automáticos. En cualquier caso, hay que tomar precauciones para proteger el acabado de los daños.
Limpieza manual
Los suelos deben barrerse primero para eliminar el polvo y otros residuos. La mopa debe ser de microfibra suave, ya que ayudará a proteger el acabado pulido mejor que algunos de los materiales más duros que pueden rayar o deslucir los suelos de hormigón pulido. Los derrames deben limpiarse inmediatamente para ayudar a limitar la cantidad de filtraciones en la superficie porosa.
Si se necesitan limpiadores, elija una fórmula de pH neutro que suspenda las partículas de suciedad para facilitar su eliminación. Deje que el limpiador se asiente el tiempo suficiente para aflojar la suciedad y otras sustancias, y luego retírelo del suelo antes de que se seque. Cuando los limpiadores se secan en las superficies de los suelos pulidos, tienden a crear una neblina opaca y pueden causar decoloración. Trabaje con zonas más pequeñas para evitar que esto ocurra. Si utiliza una fregona húmeda, asegúrese siempre de que la fregona y el agua estén limpias para no esparcir partículas dañinas a medida que avanza.
Limpieza con equipos automáticos
Se pueden utilizar fregadoras de suelos automáticas, pero deben estar equipadas con almohadillas suaves y no abrasivas. Las almohadillas demasiado duras pueden provocar marcas y arañazos, dañando el acabado del hormigón pulido.
Asegúrese de que las ruedas del equipo sean de goma u otros materiales que ayuden a evitar los arañazos. Las almohadillas de limpieza estándar varían en color y textura, aquí están las opciones más comunes:
- Las almohadillas blancas tienen una textura suave y funcionan bien para proteger los suelos brillantes.
- Las almohadillas suaves de color beige también pueden ser suficientes para evitar el deslustre de los suelos pulidos.
- Otras opciones no son realmente adecuadas, ya que suelen suponer el riesgo de causar grabados y arañazos en la superficie del suelo.